La Dolce Vita
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Este restaurante italiano abrió sus fuegos hace unos doce años en Viña del Mar y hace algún tiempo inauguró su “sucursal” en Alonso de Córdova. Su dueño, Olimpio Pizio, es un instructor de sky y un amante de la cocina, pasiones que lo han llevado a recorrer el mundo y a avecindarse en Chile.
Su cocina, simple y rica, es por cierto un tributo a su patria y a su recuerdo. Para partir, por ejemplo, qué más simple y directo que un Piccolo antipasto del norcino, que tiene variedad de fiambres italianos, desde coppa hasta prosciutto. O para impresionarse, opte por unas Olive ascolane ripiene, es decir, unas aceitunas verdes rellenas, apanadas y fritas.
Si es un fanático de los risottos, esta es su hora. Aquí hay cinco risotti: Alta Marea (con langostinos al grill), Dolce Vita (con mariscos y hierbas), Campo di Fiori (con crema de alcachofas y medallones de conejo), Arriccia Baffi (con variedad de setas) y Gran Canal (con espárragos y ostiones). Realmente recomendables.
En su sección de pastas, la más amplia obviamente con más de una veintena de platos, es recomendable probar una selección que viene en un sólo plato: Fantasia di tre paste della Nonna, que contiene ravioles de tres carnes, sorrentino de centolla y ostiones, y ñoquis en salsa de ossobuco, un verdadero festival de sabores.
Notable cocina, excelente carta de cocteles, buena ubicación. Lo tiene todo para convertirse en un imperdible. Así sea.